El cuidado de los dientes desde una edad temprana ayuda a prevenir caries tempranas. ¿Su hijo tiene sus primeros dientes de leche en crecimiento y usted no sabe cómo mantenerlos? Clínica Dental Isabel Cascales te trae estos consejos para ayudarte.
Contrariamente a la creencia popular, las caries que atacan a los dientes de leche dañan los dientes de leche muy abajo. De hecho, estos últimos son los que preparan la localización de los dientes permanentes. También es importante darle a su hijo buenos hábitos de higiene bucal desde una edad temprana. Veamos, paso a paso, las necesidades de los más pequeños para tener dientes sanos y duraderos.
De 0 a 3 años: higiene con los padres
La higiene bucal comienza en los primeros meses de vida: la placa se acumula tan pronto como salen los dientes de leche. Por lo tanto, debe abordarse con rapidez. Para los bebés, se recomienda utilizar una compresa empapada en líquido fisiológico. No administres pasta de dientes que pueda ser ingerida por el niño.
A partir de los 1,5 años, al niño le encanta imitar a mamá o papá, así que cepíllate los dientes con él y aprovecha la oportunidad para mostrarle la mejor manera de hacerlo. Lleva el cepillo tú mismo al final del proceso de lavado para no olvidar ninguna zona. Por el lado del material, elija un cepillo de dientes adaptado al tamaño de la boca, con cerdas muy suaves y un mango corto y ancho. A menudo tienen la etiqueta de “bebé”.
No use pasta de dientes hasta que el niño haya aprendido un método de cepillado adecuado. Luego, es preferible una pasta especial para niños con una baja concentración de flúor. Aunque es conocido por su papel en la protección contra las caries, puede causar flúorosis en adultos si se ingiere en cantidades demasiado grandes. Esta sobredosis se caracteriza por la decoloración amarilla de los dientes y el daño en el esmalte: un impacto bastante negativo en la sonrisa. La dieta proporciona una cantidad significativa de flúor, no necesariamente se recomienda añadir cuando se cepilla.
La cantidad óptima de pasta de dientes a utilizar debe ser del tamaño de un guisante. Los niños deben enjuagarse bien la boca y escupirla para no absorberla. Sólo una vez al día es suficiente, antes de ir a la cama.
Finalmente, programe una primera consulta a los 3 años de edad: ¡podría evitarle el famoso miedo al dentista más tarde!
De 4 a 6 años: el período de aprendizaje
El niño empieza a cepillarse los dientes solo y después de cada comida:
Muéstrale cómo sujetar el cepillo correctamente;
Asegúrate de que todas sus piezas dentales estén limpias.
Se recomienda una técnica particular. Consiste en cepillar sucesivamente los cuatro “cuartos” de la boca, moviéndose hacia adelante y hacia atrás desde los incisivos hasta los molares. En este caso, se debe tener cuidado de que el niño no se irrite las encías. La mejor solución es colocar el cepillo “sobre los dientes”, lo que limita el contacto de las cerdas con las encías.
Para el cepillo de dientes, elija un cepillo pequeño que se ajuste al tamaño de la boca y las manos de su hijo. A menudo marcados como “niños”, hay una multitud de ellos: de color o con la imagen de su héroe favorito, encontrarán el que más les convenga.
La pasta de dientes utilizada no debe contener una concentración demasiado alta de flúor. Se recomienda antes de 6 años no tomar pastas que superen los 45 mg de flúor por 100 g. Existen en el mercado muchas pastas dentales con sabores adaptados para que el cepillado sea aún más agradable.
6 a 8 años: hacia el cepillado de adultos
A partir de los seis años, su hijo comienza a adquirir dientes permanentes: por lo tanto, es necesario estar más atento para evitar el desarrollo de caries. Este período se considera como una transición hacia un método de cepillado basado en la rotación:
Hay que empezar por los dientes traseros, para lo cual el niño se mueve de un lado a otro;
Luego, pasamos a los dientes frontales, haciendo un movimiento de abajo hacia arriba;
Finalmente, terminar con la parte posterior de los dientes, sosteniendo el mango en alto;
Siga siempre el código “de rosa a blanco”.
El cepillo de dientes debe ser siempre de cerdas suaves. En el lado de la pasta de dientes, se puede comprar una pasta que contenga concentraciones ligeramente superiores de flúor: se aprueba el uso de pastas de dientes con contenidos superiores a 150 mg por 100 g.
Esperamos que te hayan servido todos estos consejos y si aún tienes alguna duda, puedes ponerte en contacto con nosotros y te atenderemos encantados.